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Francisco Javier Díaz

Mujeres al borde...

Fortalezas y debilidades de Michelle y Soledad para ser la candidata de la Concertación

Ana Verónica Peña. La Nacion Domingo, 3 de octubre de 2004
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Las protagonistas han emprendido un viaje que pondrá a prueba su lealtad, pero no sólo aquello. El largo camino para ser la abanderada única del oficialismo está plagado de baches para ambas. Como en el cine, cada una aspira a ser la estrella de esta historia.



El cambio de gabinete de esta semana, el sexto en la administración Lagos, quedó instalado en el análisis político no sólo como uno de los más rápidos del oeste, sino también como el más exitoso y ambicioso. De una plumada, el Presidente descolocó y dejó sin capacidad de reacción a la oposición, cambió la agenda noticiosa, que hasta antes del anuncio estaba concentrada en las cifras de desempleo y en la delincuencia juvenil, y alivió la carga a los partidos al despejar varias figuras en competencia.



Todos coinciden también en que en esto se resolvió gran parte de la tarea de ahora al 2005. Aunque existen matices. El cientista político y columnista Patricio Navia dijo a LND que “sólo quedan tres candidatos en competencia”, aludiendo a Eduardo Frei como el tercero, “aunque no deberíamos descartar a Insulza”, acotó (se entiende, él es uno de sus más entusiastas seguidores).



“Ahora todos pueden mostrar sus cartas. Las ex ministras tendrán que entrar al ruedo electoral y, por lo tanto, veremos si sus opciones se consolidan o se debilitan”, agrega Navia. Su amigo y colega, ahora candidato a concejal socialista por Las Condes, Francisco Javier Díaz, en tanto, cree que la definición será sólo entre faldas.



Lo que nadie discute es el impacto y oportunidad de la operación. “Este fue un golpe genial del Presidente, pilló a todos desprevenidos y despejó el tema definitivamente”, comenta otro socialista. En tanto, en las filas de la ex titular de Exteriores, más allá de algunos exabruptos de primera hora, la evaluación final es muy similar. “La situación había tocado techo, permanecer en el gabinete sólo implicaba pérdidas, se estaba cediendo un espacio muy valioso a Lavín y, a cambio, sólo se recibían ataques”, dicen.



Con todo, el gesto presidencial, más que cerrar etapas, es sólo la largada de una intensa y agotadora carrera de obstáculos que pondrá a prueba en los próximos meses el capital político y humano de cada una. Convertirse en la abanderada presidencial de la Concertación requiere además sortear muchos baches y desafíos que, por cierto, no son los mismos para Soledad que para Michelle.



Así es que vamos por parte.



LEALTAD Y FAIR PLAY



Como en la película de Ridley Scott, las protagonistas de esta historia emprenden ahora un largo viaje que pondrá a prueba, antes que nada, su compañerismo. El mundo concertacionista espera de ellas que, al igual que Thelma y Louise, estén siempre dispuestas a apoyarse y, llegado el momento, a ceder el protagonismo en buena lid.



“Una campaña unitaria es el gran desafío que tienen. Si comienzan a rivalizar, pierden las dos”, dicen los cercanos a Michelle. Algo que en el comando virtual de Soledad también reconocen al señalar que el principal objetivo, por ahora, es el aporte que ambas pueden, deben y tienen que hacer a la campaña municipal.



Pero, a nivel de analistas, mientras para Navia este imperativo tiene fecha de vencimiento en diciembre, para Díaz es condición necesaria hasta el final. “Si cooperan hasta final de año, Alvear y Bachelet inevitablemente enfrentarán la obligación de diferenciarse en sus posturas. Aunque inicialmente sea atractivo pensar en una plataforma común y propuestas consensuadas, será imposible que la cordialidad entre las dos candidatas se mantenga hasta las primarias”, sostiene Navia.



El otro responde que su inevitable diferenciación no necesariamente suma cero. Su apuesta va por unas “primarias controladas”, con una especie de convención previa, en la que se acuerde un programa común que sólo tiene matices. “En este esquema ambas ganan, sólo que una gana más que la otra, porque la que pierde se transforma en jefa de campaña de la ganadora”, dice.



A su juicio, esta es “la única posibilidad de ganarle a Lavín”, sentencia Díaz porque no hay que olvidar, acota, que Michelle es un muro de contención a la fuga de votos de izquierda –“si Gladys Marín le sacó un 3 por ciento a Lagos en el 99, a Alvear podría sacarle un 6”, calcula- y Soledad es un imán para los votos de centro y, especialmente, los católicos y cristianos.



Con fecha de vencimiento o hasta las últimas consecuencias, en ambos comandos virtuales sostienen que la ausencia de rivalidad entre ambas en ningún caso significa que actuarán como si fueran una sola. El diseño para octubre incluye algunas apariciones conjuntas, como la del abrazo de este jueves en el homenaje que brindó el Ejército al asesinado comandante Prats, pero en la mayoría de los casos lo harán por separado.



Sin ir más allá, este fin de semana Michelle partió al norte, para marcar presencia en Tocopilla, Copiapó y Antofagasta, mientras Soledad se fue al sur, visitando Talcahuano y Concepción, cerrando su primera gira en Santiago a la cabeza de un encuentro de mujeres organizado por la DC. El próximo viernes y sábado, Soledad estará en Arica y Michelle en Punta Arenas, pero ambas haciendo lo mismo: recogiendo votos para la Concertación.



OTROS EN COMPETENCIA



Todos saben que la carrera por el sillón presidencial es por tramos. En esa lógica, la primera etapa para las ex ministras consiste en convertirse, cada una, en la abanderada de su sector dentro de la Concertación.



Y, en esto, si bien la decisión de Lagos dejó en el camino -es decir, en el gabinete- a Jaime Ravinet y a José Miguel Insulza, dos poderosas cartas en sus respectivos partidos que podrían haber provocado más de algún ruido en la decisión final de haber llegado corriendo aún a marzo del 2005, fecha en la cual -se dice- se definirá el candidato único de la Concertación, la ruta no está completamente despejada.



La salida de Andrés Palma de Mideplan, aunque tangencialmente, también es vista como una señal que incide en alguna medida en la competencia interna DC.



En ese sentido, su reemplazo por Yasna Provoste (muy cercana a Jaime Mulet, miembro de la mesa colorina) se lee como un sutil castigo a la osadía del ex ministro de proclamar por la prensa a Marcelo Trivelli (de su mismo sector en la DC, los chascones que se unieron al colorinaje, o chacolíes) como presidenciable. Una señal que, de ser cierta, estaba demás, afirman fuentes cercanas a Alvear, que sostienen que el intendente metropolitano no tiene nada más que las ganas de ser Presidente.



Con todo, la más aliviada con esta ordenada de naipes, sin duda es Michelle Bachelet. Librada definitivamente la duda respecto al futuro electoral del panzer de Palacio, en su trayecto sólo le queda el precandidato del PPD Fernando Flores, con más de cinco meses en carrera, que suma estratégicas reuniones con la esencia del poder a cuestas, pero no marca en las encuestas. Por lo demás, el otro prospecto en el bloque progresista de la alianza de gobierno, el ministro de Educación Sergio Bitar, ya había depuesto sus intenciones en beneficio de la doctora y experta en defensa.



La Alvear, en tanto, aún tiene en la pista al ex Presidente Eduardo Frei y a un eventual Adolfo Zaldívar reclamando su mejor derecho a fines de octubre, con un éxito electoral municipal en la mano. Más aún cuando los cálculos son optimistas, primero, porque el diseño de las plantillas lo permite y, segundo, porque las encuestas que se manejan en los círculos políticos le dan a la falange, en el peor de los escenarios, el piso de las últimas municipales, es decir, algo más del 18 por ciento.



Sin embargo, el cambio de gabinete le ofreció también algún grado de alivio a Soledad en este terreno. El esperado triunfo de la DC en estas elecciones ahora no será monopolio del presidente del partido, dicen los más cercanos a la ex canciller. De ser así, tendrá que compartir el mérito con ella. Claro que si las cosas no se dan y -¡oh! desastre- la DC sigue en declinación electoral, el fracaso será de Adolfo: “él fue quien ofreció al partido romper con la tendencia a la baja, sacarlo del pantano, no Alvear”, afirman sin pudor.



Con todo, el tema quedaría zanjado a más tardar en diciembre o enero próximos, cuando debe realizarse la nueva Junta Nacional de la colectividad. Lo que aún no está claro es el mecanismo. Si se somete la decisión a la voluntad directa de los militantes, no habrá excusas para rechazar primarias en la Concertación, advierten los cercanos a Soledad. Y ese no es para ellos el mejor escenario. Todo lo contrario, prefieren que tanto en el partido como en el colectivo oficialista el tema se resuelva por acuerdo político: “Deja menos heridos en el camino”, dicen. Desde el PS, Díaz admite que un acuerdo cupular “no es malo en sí mismo” y se convierte en un elemento indeseable sólo si se tuerce la voluntad de la gente.



“Si ambas candidatas aceptan un acuerdo político para definir su protagonismo estelar, para ahorrarse tiempo y dinero, por ejemplo, no tendría nada de malo, siempre que se respete la voluntad popular”, sostiene.



POPULARIDAD Y CAPACIDAD



Así como aparentemente Soledad tendría más equipo armado y funcionando que su compañera de ruta, en su círculo más íntimo aceptan la superioridad relativa de Michelle en lo que ha popularidad medida en encuestas de opinión se refiere. Sería absurdo entrar a descalificar los variados resultados que ubican reiteradamente a una por sobre la otra. Pero el plus de Alvear viene por otro lado, dicen en su comando virtual.



“La principal fortaleza de Soledad es su trayectoria. Es cierto que Bachelet aparece más arriba en las encuestas, pero Alvear se ha mantenido por 10 años, sostenida y sólidamente, bien evaluada por la ciudadanía y, si bien es cierto que ahora último aparecía tocando techo, nunca ha bajado”, dice un importante miembro de su equipo.



En la misma lógica, un sociólogo alvearista asegura que esta superioridad en las preferencias medidas en sondeos de opinión es momentánea. Con Soledad participando activamente en la campaña municipal, libre para emitir opiniones de todo tipo, de aquí a marzo la realidad será otra, afirma. De paso, admite que el que Alvear supere a Bachelet en las encuesta no es sólo una probabilidad segura, sino también un requisito fundamental para consolidar sus posibilidades de transformarse en abanderada única de la Concertación, independientemente de cuál sea el mecanismo: primarias o acuerdo cupular.



En la misma línea, agrega que así como Alvear tiene esa gran valla que superar de aquí a marzo del próximo año, Bachelet tiene una tarea ineludible no menor: confeccionar y dar a conocer su programa presidencial, algo que la Alvear ya tiene, por supuesto.



Al respecto, cercanos a Bachelet aseguran que esa tarea la tienen tan avanzada como la podría tener Alvear. Admiten que es cierto que, desde afuera, se aprecia distinto, pero eso -sostienen- está “fríamente calculado”. Es cuestión de opciones, explican. En lo que a Michelle se refiere, sus más cercanos optaron por dejarla correr aparentemente sola, sin asesores visibles, sin grandes figuras a su alrededor.



La idea es que llegue a cuanto evento asista sola, sin escoltas, sin nadie que le recuerde la hora, para mantener y acentuar la cercanía y naturalidad que proyecta en la gente -incluso, conscientes de la crítica que se le hace a su escaso vestuario- ni siquiera han pensado en que lo renueve, seguirá con sus mismos tres o cuatro trajes. Eso, porque si Michelle se va a transformar en candidata única de la Concertación, será porque la “gente lo pide”, ahí está su principal capital, destacan en su entorno.



Con la misma altura de miras que en el comando virtual de Alvear reconocen la ventaja en popularidad que les lleva Bachelet, en éste último círculo admiten que uno de los desafíos más importantes de la candidata socialista respecto a la DC es superarla en la percepción ciudadana con que cuenta ésta en lo que ha capacidad política y trayectoria se refiere.



“Ambas tienen muchas cosas buenas que la otra no tiene. Michele tiene carisma, simpatía y llegada natural a la gente. Al igual que no existe alguien con más experiencia y capacidad que Soledad”, resume Francisco Javier Díaz. LND

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